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17 jun 2011

"Ensayo sobre la ceguera" José Saramago

Me habían hablado muy bien de este libro, y el argumento había llamado poderosamente mi atención. Se me ocurrió un día, mirando el catálogo de la biblioteca de la facultad, buscarlo a ver si lo encontraba. Estaba ahí, y pensé "¡mío!". La verdad, he tardado en leerlo mucho más de lo que es habitual, ya que me he visto interrumpida en numerosas ocasiones por culpa de factores académicos, pero ya está finalizado. Y no sé muy bien cómo expresar con palabras lo increíble que me ha parecido.
Es el primer libro que leo del Premio Novel José Saramago, y probablemente repetiré con este autor, que en esta obra se ha mostrado totalmente a la altura de lo que esperaba (e incluso más). Pero no es bueno adelantar acontecimientos, así que vayamos al meollo de la cuestión. Con todos ustedes: "Ensayo sobre la ceguera".


No sé muy bien a qué género atribuir esta novela exactamente. Está ambientada en la época actual, y tiene un discurso filosófico bastante importante, con una gran dosis de ficción y de imaginación. Supongo que podría encasillarla en la ciencia ficción, sin quitarle esa condición de ensayo novelado que el título proclama. Ficciones aparte, es una reflexión acerca de temas universales y muy humanos, como es la supervivencia en situación de crisis, el egoísmo, la solidaridad para con los otros y el amor.

El argumento es simultáneamente complicado y sencillo. Todo comienza cuando un hombre que conduce un coche, mientras espera un semáforo, se queda ciego. Su ceguera consiste en una luminosidad total (se utiliza mucho la expresión "mar de leche" o "lo vi todo blanco" a lo largo del libro), en que el mundo desaparece para ser sustituido por una blancura infinita, que no cesa. La ceguera, o "mal blanco", se va extendiendo por la población a pasos agigantados. En un primer momento, el Gobierno decide poner a los ciegos que vayan surgiendo en cuarentena, y es ahí donde se desarrolla gran parte de la historia, en un manicomio abandonado que usan a esos efectos. Al avanzar rápidamente la epidemia, muchos ciegos se quedan en la ciudad deambulando, incapaces de encontrar sus casas. Es en este segundo escenario donde tiene lugar una segunda parte de este libro.
Como es fácil suponer, al aumentar el número de ciegos todo se descontrola, dando lugar a situaciones límite en la que los personajes deberán aprender a desenvolverse. Como muy bien explica la contracubierta del libro: nos alerta de la responsabilidad de tener visión cuando los otros la han perdido.

Este libro ha superado las ya altas expectativas que tenía puestas en él. Los personajes en general, pero especialmente los protagonistas son la representación de diferentes formas de afrontar los problemas que van surgiendo derivados de la ceguera (propia y de los otros). Un aspecto a destacar es que ninguno de ellos tiene nombre. Simplemente son "la mujer del médico", "el niño estrábico", "el dependiente de la farmacia"; esto podría deshumanizarles, pero, en este caso, el autor consigue que esa falta de nombre cause una mayor "identificación" con el personaje, un esfuerzo de la imaginación que se hace sin quererlo.

En cuanto a los aspectos técnicos y literarios de la obra, en general hay mucha controversia. Saramago tiene una forma de escribir muy particular, lo que a algunos gusta y a otros no. A mí, personalmente, me costó un poco acostumbrarme, pero una vez conseguido esto, me enganchó la cadencia especial que gana el texto con esa forma de escribir. El autor utiliza un léxico variado, muy rico en matices y en expresiones; el aspecto polémico es que no diferencia en el texto la parte dialogada del resto. Eso, sumado a que no identifica exactamente qué personaje dice qué cosa, hace que la lectura sea bastante difícil. Una vez que el lector se acostumbra, no es un libro muy denso ni complicado, así que centrarse en la historia en sí es fácil.

Aparte de este aspecto formal, no tengo nada que decir en contra de este libro. Consigue mantener al lector en vilo hasta que llega el final; un buen final, por cierto, lo que últimamente no es usual encontrar. Deja solucionados los planteamientos del argumento más importantes, aunque algunos aspectos secundarios quedan sin resolver. Esto, increíblemente, no hace que se eche en falta nada, sino que ayuda a perpetuar el misterio y la continuidad del libro en la cabeza del lector (básicamente lo que todos los autores quieren y pocos consiguen).

Es recomendable para cualquiera, pero en este caso haría un poco de hincapié en las personas con un buen nivel de lectura o para quien desee ampliar sus horizontes en literatura. El tema es interesante para todo el mundo porque habla de asuntos humanos, que vienen incluidos en nuestra naturaleza. No es un libro ligero, pero penetra en la mente como una flecha y puede llegar a hacernos ver de otro modo la condición de ser humano.

En este caso el veredicto del jurado es un 10 redondo. Y mira que no me gusta dar dieces así como así.

Muchas gracias por la lectura, espero ser leída y comentada. Volveré con más y mejor.

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